La metonimia del gol

o del peligro de ver sólo los resúmenes de los partidos de fútbol, tan llenos de goles como están. Con el balón en los pies, y en la mente el recuerdo de lo último visto en televisión de fútbol, el delantero centro tira a gol desde una pésima posición, obteniendo un resultado acorde a ella. El delantero centro en cuestión no acostumbra a ver los partidos de fútbol enteros. Únicamente los resúmenes. El futbol son los goles, y los pases, las recuperaciones, las faltas, los regates, los fueras de banda, los córners, los fueras de juego, las paredes, las cargas, los empujones, las carreras sin balón, las ayudas al compañero, los desmarques, los cambios de ritmo, las caídas, los agarrones, el posicionamiento y las referencias en el campo, la lectura del juego, la estrategia de ataque, las seriedad defensiva, la entrega, la recuperación física, la búsqueda de lo mejor para cada jugada y muchas otras cosas que no se ven en los resúmenes de los partidos.

Esperando el tranvía

Siento frío en la mañana, siento ilusión por el día que se acerca poco a poco, muy a pesar del tranvía. ¡Que no llega, que no llega! ¡Qué molesta situación, esperar que te recojan bajo este chaparrón! Pasan las horas y nada, pasan los días y no. Quedo solo en la parada, optimista y luchador. Otros también esperaron, ya deben estar en casa. Alguno pasa a mi lado soltándome alguna guasa. Es la hora de marchar y de arrojar la toalla. No hay tranvías en Madrid, y si los hay, ya no pasan.

Querido diario

Acaba de aparecer Shrek en el pasillo de mi oficina, y no sabe dónde están los baños. Le acompaño hasta la puerta y nada más entrar, el director sale escopetado, tratando de levantarse los pantalones y correr al mismo tiempo. Inútil, se da de bruces con una pared. El ogro y yo salimos antes que él, que yace en el suelo, inconsciente aún. Shrek entra en la oficina y le presento a todos mis compañeros, que le felicitan por sus películas. Casi todos le dicen que sobre todo les gusta la primera. Shrek se marcha por donde ha venido. ¡Qué ogro tan majo!