5 de noviembre de 2012

Vestido de nada



Creía que era posible ir vestido de nada. ¡Valiente ingenuidad! Se puede ir vestido de hippy,  de pijo, de moderno, de persona veinte años mayor que uno e incluso de diez años menos que los que nuestro pelo, nuestros ojos y nuestro ritmo indican, pero de nada no se puede ir vestido. Ir de negro no es ir de nada, sino que, si vas con pana irás de viejo y si vas pintado serás un modi. Ir con zapatos viejos y pantalón de pana tampoco es ir de nada. Ir de vaqueros y camiseta también es ir de algo y así podría extenderme hasta el infinito, pero no es plan sobre todo cuando han entrado unas alemanas en el vagón y me entran ganas de decir que no me importaría que cayera una bomba atómica en Alemania, que lo haga hoy mismo, que mueran millones de personas y que queden enfermos el resto. Se puede decir que soy un psicópata y que no tengo sentimientos, pero es que va a ser verdad, no tengo sentimientos o al menos, no hacia ellos, porque mira que me jodería que le cayera una bomba atómica a Portugal, aparte de porque está cerca de España, porque los portugueses son personas a las que tengo cariño, incluidos esos engreídos que por sus futboleras cabecitas acaban de pasar. Y lo mismo me pasa con Italia, con Francia y con Grecia, pero no con Alemania. ¡Qué indiferencia! Acabo de borrar gozada porque no quiero alimentar un sentimiento de odio hacia nadie, porque el odio hace daño a quien lo tiene y yo no quiero sufrir daño y menos por algo tan abstracto como una hipotética bomba atómica.
Berlín 15 de Noviembre de 2012. Ha caído una bomba atómica en la ciudad, acabando con la vida de millones de personas y creando el caos en Alemania. Los alemanes salen del país presos del miedo a que los neutrones puedan hacerles contraer enfermedades mortales. Miles de alemanes han llegado a Grecia donde la televisión pública ha mostrado cómo los griegos recibían a los alemanes con los brazos abiertos, conscientes del drama. Hacia España también han llegado varios convoyes... No, la verdad es que no me gustaría que cayera una bomba atómica en Alemania. Y volviendo al tema de antes. Creo que voy a tener que empezar a dedicar más tiempo a comprarme ropa. Siempre ando con la de oficina y la que creía que era de nada, y que es de Cuétame. Zapatos que parecen Segarra, pantalones de pana, camiseta de manga larga insulsa con camiseta interior asomando en el cuello por debajo y una abrigo aburrido de color marrón. Me falta el zurrón y más que de Cuéntame voy de pastorcillo de Belén. Si no es por el móvil, no estoy en 2012 sino en el año doce o en el 1.973. ¡Qué gran año! Aunque sólo sea porque nací yo.