7 de octubre de 2006

Negros nubarrones

"Negros nubarrones se ciernen sobre el horizonte". Quizás fue la sonoridad de esta frase lo que me impulsó a escribir. Quizás que el profesor eligiera una redacción mía a los ocho años como una de las mejores de la clase. Quizás aclarar la confusión mental que me produjo el enamorarme a la temprana edad de tres años de una niña que conocí en un parque haciendo botellón. Ambos. Quizás es inútil detenerse en razones. Escribo este blog no sé muy bien por qué, y mucho menos hasta cuándo. Lo escribo y basta. Es de noche. Estoy en una habitación de un pequeño piso, donde vivo felizmente acompañado, aunque hoy menos que otros días. Me acostaré pronto, porque mañana voy madrugar, si es que no desaparezco en un sueño. La única estrella que veo se ha caído y convertido en luciérnaga o en flexo. Pero basta ya de romanticismos. Nací en 1973 y es una de las muchas cosas en que se ponen de acuerdo quienes me conocen cuando hablan de mí. También dicen que soy madrileño, y otra serie de cosas que no entiendo muy bien. Creo en Dios, en Superman y en el amor, aunque a veces pierda la fe en el segundo. Hace ya unos minutos que tengo ganas de cerrar la descripción que no me ha cabido como tal en el blog por demasiado larga. Así que le pongo fin, no sin antes dar las gracias sin saber muy bien por qué.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio