17 de julio de 2012

Cómo es la familia


Cada vez que mi hermana se mete en mi vida me entran ganas de hacer lo mismo con la suya y decirle: María, a ver si eliges mejor tus cepillos de dientes porque cada uno es peor que el anterior. Todos te salen mal y te duran dos días. Y ya eres mayorcita como para no fijarte antes en la marca, el precio y si lo recomiendan nueve de cada diez odontólogos, que luego me vienes llorando con que te duelen las muelas como si te hubiera dejado el novio y acabas gastándote una pasta en dentistas. Y es que tienes que elegir un cepillo de dientes que sea bueno y dejarte de que si el diseño, que si el color o que si la tapa protectora tiene forma de cabeza de elefante. Pero bueno, son tus cepillos y es tu boca, y yo no soy quien para decirte si debe ser éste o el otro, así que, joder, deja de meterte en mi vida, ¡que yo no me meto con tus cepillos de dientes!

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