Me gustan mis vecinos

Soy administrador y presidente de mi comunidad y a mis vecinos les ha dado últimamente porque me baje el sueldo. ¡Qué raro! No sé por qué iba hacerlo, así, por las buenas, y teniendo once meses por delante hasta la próxima junta, pero ellos sabrán. El caso es que insisten, y he tenido que empezar a desayunar en un bar que me pilla un poco lejos porque cuando alguno me veía en el de abajo de casa, se pedía otro café y se ponía a mi lado a decir. "¡Menos sueldo o dimisión!" o "Administrador prevaricador". Yo ni siquiera sé qué es prevaricador, pero igual no lo pregunto. Sería peor.

Se han enterado hace poco de lo que gano entre remuneración y comisiones y están enfadados. Yo no les entiendo. Si las cuentas se las pasaba trimestralmente... ¿Por qué ahora vienen con ésas? El caso es que cuando me subo al ascensor con alguno me pregunta qué tal el día y cuando le digo que bien, empieza a dar saltitos al grito de: "¡Junta general!" o "Presidente, dimisión" y así hasta el noveno, donde vivo, y al que me acompaña aunque él viva en el segundo. Y no es raro el día en que me encuentro en mi puerta a unos cuantos vecinos que me esperan al grito de "Que no, que no, que nos representa, que no...". Son muy majos. Luego me dicen buenas noches y todo, pero sus reivindicaciones no se las quita nadie. Y me parece bien. Yo creo que cada cual tiene que tener sus ideales y pelear por ellos como quiera. Además, yo ya me he acostumbrado y creo que echaría de menos sus reclamos.

Hay una vecina que ha sacado un periódico lleno de noticias de la comunidad y ya tiene cuatro o cinco columnistas. Otro se puso en huelga de hambre, yo creo que para ser portada, porque duró dos días. Y hay dos o tres que ni me saludan. Pero la convivencia sigue. Hace poco vinieron los de Hacienda. Debemos varios miles de euros y tenemos que aprobar una derrama para pagarlos. Menuda putada. A ver cómo se lo digo ahora a los vecinos. Igual no les parece mal. Así tienen una razón más para seguir con sus acciones. Y yo otra para seguir luchando por ellos, que es lo que me hace más feliz del mundo.