4 de enero de 2007

Querido diario

Acaba de aparecer Shrek en el pasillo de mi oficina, y no sabe dónde están los baños. Le acompaño hasta la puerta y nada más entrar, el director sale escopetado, tratando de levantarse los pantalones y correr al mismo tiempo. Inútil, se da de bruces con una pared. El ogro y yo salimos antes que él, que yace en el suelo, inconsciente aún. Shrek entra en la oficina y le presento a todos mis compañeros, que le felicitan por sus películas. Casi todos le dicen que sobre todo les gusta la primera. Shrek se marcha por donde ha venido. ¡Qué ogro tan majo!

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2 comentarios:

A las 10:51 p. m. , Blogger Franziska ha dicho...

Claro que es majo: no se come a los niños y ni siquiera asusta a las abuelitas que siempre andamos un poco despitadas. Tan despistadas estamos que ni siquiera le conocemos. A mí no me lo han presentado. ¡Qué suerte tienen en tu oficina!

 
A las 11:45 p. m. , Blogger Stan Mochales ha dicho...

Los ogros visten de traje.

No Shrek, que sólo se lo puso para la foto, el día que nos vino a visitar. Te lo presentaré algún día.

 

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