Discurso sobre el papel

De repente me vino el discurso. "Sois vosotras y no yo las que tenéis que daros cuenta de lo que le viene bien a la empresa. Sí, vosotros, los que tenéis que ver antes que nadie hacia dónde tenemos que ir, qué cosas tenemos que cambiar y en qué sentido. Y sí, sois vosotros y vosotras y no yo los que tenéis que decirle a vuestros jefes, a los directores y directoras de la compañía, que ya va siendo hora de que cambiemos el papel del baño que es una lija, porque trabajar con el culo paspado no es bueno para nadie, porque se trabaja mal, se trabaja de mala gana, no se rinde y al final lo paga la empresa con una productividad que no es la esperada. Y sí, es una cosa pequeña, lo sé, y vosotros y vosotras tenéis vuestro propio cuarto de baño con un buen papel, lo sé. Y es verdad que podríamos traer papel del baño de casa, pero aquí nadie se atreve a decirlo, nadie quiere dejar un solo derecho, ni el de poder limpiarse el culo gratis en la oficina, aunque luego le cueste una pasta en cremas, e incluso en flotadores, que yo lo he visto. Y es que sin vuestro apoyo, sin el de los mandos intermedios, seguirá escociéndonos el culo y lo sabéis, porque seguiremos teniendo un papel higiénico improductivo, un papel higiénico que acaba repercutiendo en las cuentas de la compañía, unas cuentas que vosotros conocéis mejor que nadie y que este año, oh, sí, son peores que nunca".